De Gaitanes, Tejos, Torcas y Pinsapos
De Gaitanes (desfiladero), Tejos (sierra), Torcas (torcal) y Pinsapos (nieves). Sobre todo esto y más, trataran estos escritos e imágenes.
miércoles, 18 de enero de 2023
Sierra de la Torrecilla. Ventas de Zafarraya
viernes, 2 de octubre de 2020
UNA VISITA REAL AL PANTANO DEL CHORRO
(Entrada IV)
Alfonso
XIII visita el Pantano y colocación de la última piedra.
Estación de Gobantes, nueve de
la mañana del sábado 21 de mayo de 1921, el día ha amanecido muy nublado y la
lluvia hace acto de presencia esporádicamente. Las autoridades que han llegado
en convoy especial desde Málaga llevan rato esperando al tren real, trae
retraso. Aguantan estoicamente las arrecidas del mal tiempo que se ha
presentado esta mañana primaveral, por otro lado raro, tanto mal tiempo en
estas fechas. Las casas y los establecimientos públicos y cafés cercanos a la
estación se encuentran adornados con flores y plantas, banderitas y mensajes
patrióticos. Allí, en los andenes, esperan los regantes del Sindicato Agrícola
del Guadalhorce y los invitados a este viaje por tierras del norte de la
provincia de Málaga, entre ellos está el alcalde de Málaga Francisco García, el
gobernador civil Sr. Salas, el marqués de Larios, el diputado Luis de Armiñán,
el obispo de la diócesis Manuel González, el marqués de Sotomayor y el propio Rafael
Benjumea, verdadero artífice de estos actos, así como la Banda Municipal de
Málaga.
21 de mayo de 1921. Autoridades e invitados esperan al Rey en la estación de Gobantes. |
Cerca de los andenes y aparcados
en un segundo plano de la estación, se encuentran los vehículos estacionados
que han llegado desde Málaga y que han de llevar al Rey, a Benjumea y a parte
de la comitiva a la cola del pantano para el recorrido previsto.
A las doce de la mañana
apareció, por fin, el tren real. Trae un retraso de unas dos horas sobre el
horario previsto. Este retraso se debió a la rotura de una biela en la máquina
del expreso ascendente Sevilla-Madrid a la altura de la estación de Vilches[1].
La máquina viene adornada con
banderolas y guirnaldas. Tras unos minutos de emocionante silencio la Banda
Municipal vibró majestuosa interpretando los sones de la Marcha Real, al acabar
la orquesta se dejó sentir la poderosa voz del diputado Luis de Armiñán al
gritar: ¡Viva el Rey!
Tríptico de invitación a los actos que se desarrollarían en El Chorro con la visita de Alfonso XIII. Esta era la invitación del alcalde de Málaga Francisco García Almendros. A.M.M. |
Es grande el entusiasmo mostrado
por los presentes que aguardaban al Rey. Los vítores y las ovaciones resonaba
en el espacio. El júbilo invadía a todos y en esa felicidad se unían
personalidades y el numeroso público que se había dado cita en la estación de
Gobantes esa mañana.
Asoma el Monarca a la puerta del
coche real, desciende del tren y seguidamente lo hacen sus acompañantes: el
ministro de Fomento Juan Lacierva, el marqués de Viana, el de Villaviciosa y el
de Torrenueva de Foronda, Jorge Silvela, el anterior ministro de Fomento Emilio
Ortuño, el ingeniero de Caminos Rodolfo Gelabert, periodistas y fotógrafos de
Madrid.
En la estación esperan las autoridades e invitados acompañados de la banda de música. |
Los bares y cantinas de Gobantes se han decorado en honor del ilustre visitante. Foto: Noticias de Álora. |
Después de los saludos de rigor,
el Rey es conducido a los automóviles que aguardan al lado del edificio de la
estación para partir en dirección a la cola del pantano por la carretera de
Ardales. De Gobantes pasan por Peñarrubia y se dirigen a la cola del pantano.
Poco antes de llegar a Ardales y cerca del Cerro de la Grajera, en una playa
que forma aquí el embalse se ha improvisado un embarcadero, aquí esperan las
barcas gasolineras para trasladar a los visitantes a la presa del embalse.
Navegan por los más de cinco kilómetros que tiene en esos momentos el agua
embalsada y tras la travesía, en la que no ha dejado de llover, arriban en la
orilla norte del embalse, cerca del rebasadero y de la casita que Benjumea
mandó construir a modo de cantina y economato[2] para los trabajadores del
pantano. Desde este punto, la comitiva dirige sus pasos en dirección de la Casa
de Administración, que aunque este edificio tiene embarcadero propio, los
organizadores han querido traer al Monarca hasta este sitio de la presa para
hacer el recorrido a pie y conocer toda esta parte del embalse. Por encima de
la Casa de Administración se ha levantado una gran carpa para dar cabida a los
numerosos invitados a estos actos, han llegado desde la zona del desembarco por
un camino que transcurre por la orilla izquierda, aunque los organizadores se
han esmerado en limpiar, adornar y adecuar lo mejor posible para el paso de Su
Majestad y sus ilustres acompañantes, la pertinaz lluvia ha convertido casi en
un barrizal todo el trayecto.
Alfonso XIII a su llegada a la estación de Gobantes saluda a las autoridades que le aguardaban. |
En los alrededores de la carpa
montada al efecto de dar cabida a todos los asistentes ya esperan las personas
que no han podido acompañar al Monarca y a su séquito. A estos no les ha
quedado más remedio que retroceder desde la estación de Gobantes por las vías
del tren hasta el apartadero del Coscojal utilizando unos trenes especiales que
la compañía de los Andaluces a dispuesto para la ocasión y facilitar el
transporte al resto de visitantes. Estos se apean en El Coscojal, allí les
espera una especie de trenecito eléctrico o tranvía con varias vagonetas que
los operarios llaman "zorrillas" para trasladarlos desde el
apartadero al pie de la presa del pantano. Para ello cruzan el puente sobre el
río Guadalhorce, al que ya se le ha unido por su derecha el Guadalteba, este
puente se llama de la Junta de los Ríos o Puente de los Tres Ríos, porque en él
confluyen aparte de los dos ríos expresados anteriormente, el Turón, o lo que
deja pasar la presa del pantano, cuya presa está construida sobre el lecho de
este último. El recorrido a bordo de este tranvía eléctrico es una delicia,
pasa desde la salida del el Coscojal por la orilla izquierda del embalse del
Gaitanejo, cruza el mencionado Puente de la Junta de los Ríos, gira a la
izquierda, dejando a su derecha las vías que conducen a la cantera donde se ha
extraído la mayoría de los bloques de piedra y sillares para la construcción de
la presa. Al cruzar este puente y en la parte alta de la pared que delimita las
dos direcciones que hemos comentada hay un gran letrero, sobre una flecha con
dirección a la izquierda en que se puede leer: "AL PANTANO". El
trenecito, pues, gira a la izquierda en la dirección que indica la flecha y el
rótulo. El paisaje que se ofrece a los
visitantes es sorprendente, aparte de mostrar en todo su esplendor la cola del
nuevo embalse del Gaitanejo, construido poco antes de la presa del pantano del
Chorro es impresionante, como a la altura por donde discurre el tranvía
eléctrico, este se desliza entre la pared, cortada a pico y donde se ha
excavado una plataforma para dar paso a los pequeños convoyes con materiales
desde el Coscojal y de las canteras a la presa del pantano y el barranco sobre
la superficie de la cola del embalse del Gaitanejo. Tras atravesar unas bóvedas
soportadas por unas columnas, de bella factura que parecen aguantar la montaña,
se dejan ver los tajos de la vertiente opuesta, en ellos se aprecian varias
viviendas de los obreros y lugareños que han aprovechado algunas cuevas y
abrigos, abiertas en estos tajos para establecer sus precarios habitáculos,
cuyas fachadas resaltan a la vista el color blanco y contrastan con el color
oscuro de la roca arenisca donde están situadas. Los viajeros se apean en el
puente que cruza el arroyo de la Moneda, y por un camino que sale de este
puente remontan a la presa del pantano, cuando llegan a la coronación se quedan
embelesados al contemplar el paisaje de un lago rodeado de montañas que a más
de uno se le antoja que están en la propia Suiza. A la derecha, al fondo, sobre
un cerro ven la carpa que se ha levantado para el acto, un poco más abajo
sobresale la bonita casa de la Administración. Por un camino que bordea la
orilla norte del embalse con un piso muy embarrado pese a los cuidados que los
operarios han puesto en su acondicionamiento, pero que la incesante lluvia no
ha dejado de encharcar todo el recorrido. El panorama que se va ofreciendo a
los ojos de los visitantes cada vez sorprende más y más. En esta parte de la
montaña y lo mismo que en las verticales paredes que existen cerca de la presa,
aguas abajo y cola del Gaitanejo, en las verticales rocas se abren unos abrigos
y cuevas en sitios inverosímiles que también sirven de viviendas a los obreros.
La lluvia, que no ha dejado de
persistir durante toda la mañana, aún con cortos intervalos de escampada, arreciaba
por momentos. Sobre las cumbres de las montañas de alrededor se anclan unas
nubes grises, oscuras, que siguen anunciando la pertinaz lluvia que los
visitantes aguantan estoicamente. Ante el lago que forma el embalse, que semeja
a uno suizo y coronando un cerro tras la Casa de Administración se ve la carpa
dispuesta para el almuerzo.
Ya toda la comitiva se ha
reunido en torno al Monarca que ya se acomoda en la carpa montada exprofeso
para dar cabida a todos los invitados. Antes por el camino de la Casa de
Administración y bajo la lluvia torrencial que cae en esos momentos don Alfonso
va oyendo las explicaciones que Benjumea le va dando amparados bajo el mismo
paraguas del ingeniero creador de esta colosal obra.
Por el camino van oyendo los
vítores que los obreros, campesinos y gente venidos de las poblaciones
cercanas, que no han querido perderse la ocasión de ver al rey en persona, le
lanzan al paso de la comitiva:
—¡Viva Alfonso XII! —Grita un
obrero, lleno de entusiasmo y apasionamiento.
—XIII, Alfonso XIII —Le
rectifica el monarca jovial, que sonríe a Benjumea ante la ocurrencia del
obrero.
Y otro, que parece no ser menos
que el anterior grita:
—¡Viva don Rafael Benjumeda! —A
lo que el ingeniero le corrige:
—Benjumea, Rafael Benjumea. E
ingeniero y monarca se cruzan una mirada cómplice y divertida al terminar esta
expresión de júbilo por parte de los obreros asistentes.
Han llegado ya a la casa de
Administración, en ella Benjumea describe y muestra los planos y demás documentos
utilizados para la construcción de semejante obra, el rey queda maravillado con
las explicaciones del ingeniero y se congratula del excelente resultado de
ellas.
Cuando el rey hubo conocido con
todo detalle la obra realizada y la de los canales, aún por construir, para
llevar el liquido elemento a toda la cuenca baja del Guadalhorce y que
arrancaran desde El Chorro para regar toda esta vasta superficie.
Desde la casa de Administración
suben hasta el cerro donde se ha instalado la gran carpa para acoger a todos
los invitados. Tomó asiento en la mesa presidencial el rey. A su derecha se
sentó el ministro de Fomento Lacierva y a su izquierda el obispo de Málaga
Manuel González, seguidos a ambos lados por las altas personalidades que
acompañaban al Rey a este acto.
En otras mesas, hasta el número
de nueve, tomaron asiento más de doscientos comensales, personalidades
representativas de los más altos cargos de la capital de la provincia,
autoridades de toda naturaleza, periodistas, escritores y fotógrafos de
revistas y diarios de Málaga y Madrid. Acto seguido se arregló el almuerzo
servido por la casa Tournié de Madrid que fue de lo más exquisito. El menú
estuvo compuesto por capones asados;
ensalada mimosa, crema de potaje St. Germain, bomba helada Puerto Rico, pastel
de naranja, torta al chéster y numerosas viandas más.
miércoles, 23 de septiembre de 2020
UNA VISITA REAL AL PANTANO DEL CHORRO
(Entrada III)
El Pantano del Chorro
Desde 1865 funcionaba el
ferrocarril de Córdoba a Málaga. En el tramo de Bobadilla a Álora, la línea
férrea atravesaba 16 túneles de los cuales seis horadaban el impresionante
desfiladero de los Gaitanes entre las estaciones de Gobantes y El Chorro. Esto
supuso un gran avance en las comunicaciones al conectar Málaga y su puerto
marítimo con la rica campiña cordobesa y las minas de carbón de Belmez y
Espiel, así como el resto de España.
Más tarde, en 1901, sobre un proyecto inicial
del ingeniero de Caminos Leopoldo Werner y Martínez del Campo se decidió llevar
a cabo el aprovechamiento de un desnivel existente entre la entrada del río
Guadalhorce por el norte al Desfiladero de los Gaitanes y su salida por el sur,
para crear la que sería una de las primeras centrales hidroeléctricas de
España. Esta central se terminó en 1904 llevando a Málaga el suministro
eléctrico que paliaba la escasez de energía que proporcionaban las centrales
térmicas existentes hasta la fecha[1].
Autoridades presentes en la inauguración de las obras. Foto: Archivo Díaz de Escovar. L.U.I 10.01.1915 |
Este desnivel de cerca de 100 metros, sería aprovechado para traer las aguas desde el Gaitanejo, mediante un canal de 4 kilómetros y a través de todo el desfiladero para precipitarse más tarde, mediante unas tuberías a presión[2], sobre la central eléctrica que ocupaba los terrenos del antiguo molino dónde se instalaron tres grupos de energía eléctrica. Este complejo pasaría a llamarse “Salto del Chorro”. El acueducto que cruza el desfiladero de parte a parte, es la nota más característica del paisaje. Se realizó en 1903 y se debe a Eugenio Ribera, un ingeniero muy admirado por Rafael Benjumea. Fue uno de los primeros puentes realizados con hormigón armado en España, se le dotó de una armadura rígida con objeto de evitar la cimbra[3].
Los obreros perforan taladros en la roca donde introducen los barrenos que harán explotar más tarde como inicio de las obras del Pantano del Chorro Foto: Archivo Díaz de Escovar. |
Como antecedente de la
construcción del pantano del Chorro y a consecuencia de las inundaciones de
1907 se crea en Málaga la llamada “División Hidráulica del Sur”. Rafael
Benjumea concibió entonces un proyecto
de más altas miras: se trataba de la construcción de un pantano en el río
Turón, afluente del Guadalhorce con el fin de fertilizar mediante canales de
regadío todo el valle inferior del río. El proyecto inicial fue de Giménez
Lombardo y se redactó en agosto de 1913 al amparo de la Ley de Auxilios para
Obras Hidráulicas de Julio de 1911. Después de muchas vicisitudes se aprobó el
proyecto del Pantano del Chorro en el río Turón por R.O. de 20 de agosto de
1914. Se creó una Junta de Obras que administrase los fondos mixtos, estatales
y de los usuarios. Rafael Benjumea Burín quedaba nombrado Ingeniero Director.
Las obras comenzaron en otoño de
1914 y a la inauguración de las mismas acudieron acompañando al ingeniero
Rafael Benjumea el ministro de Fomento Javier Ugarte Pagés, el jefe de la
Guardia Civil de Málaga señor Porcel, y los periodistas que cubrieron el
evento, los señores Navas, Platero y Viana Cárdenas. Los obreros introdujeron
unas cargas de explosivos en los barrenos previamente horadados en la roca,
haciéndolos estallar momentos después; con esta deflagración se dieron inicio a
la obras sirviendo estas explosiones como arranque de las obras del pantano del
Chorro.
Primera voladura de rocas en la cerrada donde se construirá la presa del Pantano del Chorro. |
Después de las vicisitudes políticas acaecidas en España, en Europa, con la Segunda Guerra Mundial, con las restricciones de materiales y la escasez de otros productos necesarios para los trabajos, las huelgas y los retrasos en el desarrollo normal de las obras -reducción de la jornada laboral de ocho horas de lunes a sábados incluidas-, y tras siete años de trabajos en el río Turón, cerca de la confluencia de los ríos Guadalhorce y Guadalteba, se levantó la presa del pantano del Chorro, con una capacidad de 80 millones de metros cúbicos de agua, dando por terminadas las obras cuyo colofón lo puso el rey Alfonso XIII con la colocación de la última piedra en la presa.
[1] La
central hidroeléctrica del Chorro, en "Un
paseo con imágenes por la historia del desfiladero de los Gaitanes", Clemente
González, Editorial Ediciones del Genal, Málaga 2015
[2] Los
restos de estos tubos, aún se pueden ver, cerca del chalet de Benjumea.
[3]
Un redactor de la revista “La Época” narra de la siguiente
forma la terminación de las obras con la visita de las autoridades y los artífices
de esta: “Los expedicionarios se
trasladaron en tren especial al lugar dónde está situada la fábrica. En la
entrada del túnel llamado del Chorro, se detuvo el convoy y a pie siguieron los
excursionistas hasta el depósito dónde se reciben las aguas del canal. Allí se
bendijeron las obras repitiéndose después la ceremonia en la fábrica. La
Compañía Hidroeléctrica ha a provechado un desnivel en las aguas del
Guadalhorce en el sitio llamado del Gaitán. Allí está la presa, que tiene 19
metros de longitud por siete de altura media. El canal tiene una longitud de
3280 metros de os cuales hay 1200 metros a cielo abierto. El salto tiene 98
metros de altura”.
domingo, 20 de septiembre de 2020
UNA VISITA REAL AL PANTANO DEL CHORRO (Entrada II)
INTRODUCIÓN
Mucho se ha escrito, y
especulado, sobre la visita del rey Alfonso XIII a la inauguración o colocación
de la última piedra, como colofón, a la terminación de las obras de la presa
del pantano del Chorro, conocido desde 1953 como embalse del Conde de
Guadalhorce y su posterior paso por los Balconcillos de los Gaitanes, los hoy
conocidos mundialmente como Camino del rey.
Se han dicho verdaderas
barbaridades a este respecto, desde "...una
obra efectuada a principios del siglo pasado por capricho del rey Alfonso
XIII"[1]
o "Cuentan que fue construido para
que el rey Alfonso XII (sic), visitara las obras del pantano del Conde de
Guadalhorce"[2]. También: "Fue construido a principios de siglo
para que visitara el paraje el entonces rey de España Alfonso XII (sic)".[3]
Otra: "Se trata de una pasarela
adosada a estas paredes que se construyó expresamente para que Alfonso XIII
pudiera visitar las instalaciones de la presa del Conde de Guadalhorce cuando
acudió a inaugurarlas..."[4].
Pero
quizás la que llama más poderosamente la atención, por extravagante, es sin
duda la que afirma: "El caminito del
rey es un enclave natural de gran belleza, que fue inaugurado en 1921 con
motivo de la visita del rey Alfonso XIII a la central Eléctrica del Chorro. Un
itinerario que realizó a caballo"[5].
Hay muchas más referencias
escritas y publicadas, pero por no insistir más en este asunto, valgan estas
"perlas" que hemos visto como muestra.
Dicho lo anterior, aún hoy, que
ya se ha escrito, divulgado y difundido mucha información, quedan lagunas de
como fue el viaje de Alfonso XIII a estos parajes del pantano y del Chorro, ya
que la investigación exhaustiva en archivos, bibliotecas y hemerotecas no paran
de revelarnos nuevos datos.
Aquí trataremos de relatar todo
el recorrido que hizo el Monarca desde que llegó a Gobantes procedente de
Madrid, vía Córdoba, el embarque en la cola del embalse a la Casa de
Administración donde se le ofreció un almuerzo, vuelta a embarcar con destino a
la presa, recorrido de esta, colocación de la última piedra, bajada hasta la
cola del pantano del Gaitanejo, presa del Gaitanejo y por los Balconcillos
hasta la Cueva del Toro y desde este sitio, tras cruzar el puente del mismo
nombre, en ferrocarril al Chorro, casa de Benjumea, visita a la Central
Hidroeléctrica Salto del Chorro, colocación de la primera piedra de los canales
de regadío del bajo Guadalhorce hasta que subió de nuevo en el tren en la
estación del Chorro con destino a Pizarra, al palacio de los condes de Puerto
Hermoso donde pasarían la noche, para reanudar viaje al día siguiente a Málaga.
La obra del pantano del Chorro,
proyecto del ingeniero de Caminos Rafael Benjumea, demandaba que una alta
personalidad inaugurara su magnífica obra y que más alta personalidad que el
rey Alfonso XIII, acompañado del ministro de Fomento Juan de la Cierva para
llevar la riqueza de las aguas a los regadíos del bajo Guadalhorce, por medio
de los canales cuya primera piedra de construcción colocó el Monarca en El
Chorro.
[1]
Alfredo
Merino, 2010 "Cien clásicas de España, (Escaladas imprescindibles)"
Ediciones Desnivel, Madrid.
[2]
Revista
"Málaga" Área de Juventud del Excmo. Ayuntamiento de Málaga, 1997
[3]
La
Opinión de Málaga, 29 de mayo de 2002
[4]
Diario
SUR, 20 de enero de 2012.
[5]
Málaga
Hoy, 9 de enero de 2010